Reseña personal.
Conocí a Leonardo Padura, literariamente hablando, hace unos años cuando leí El hombre que amaba a los perros. Me pareció interesante el tema de la obra, un ensayo novelado sobre el asesinato de Trotsky y lo compré. Al leer aquella obra, sobre la que no tenía grandes espectativas en cuanto a la forma, descubrí la excelente prosa de este escritor. Recientemente encontré esta obra, y aunque soy reticente a la lectura de las novelas de género, entre ellas, o sobre todo, las policiacas, pero conocedor de la prosa de Leonardo me aventuré a comprarla.
Tengo que decir, que gracias a Leonardo quizá haya descubierto la novela policiaca, de tal manera, que cuando leía esta, incluso ensoñaba escribir una sobre un tema que desde hace algún tiempo me ronda la cabeza.
No voy a descubrir la trama de la novela, no me lo perdonaría Leonardo, pero si debo decir que al margen de ella, o de la mano de ella encontramos una descripción con enorme talento creativo de la Cuba contemporanea y de la cruda realidad de la inmigración, en este caso de la inmigración China, su dureza, su desarraigo.
Reseña de la editorial.
Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentrá en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1.989. Todo surgió de l apetición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a la cabeza.
Leonardo Padura.
Nació en la Habana, en 1.955. Licenciado en fiología por la universidad de esta ciudad, ha trabajado como gionista, periodista y crítico. Es autor de las novelas La novela de mi vida, en torno a la figura del poeta José María Heredia, y El hombre que amaba a los perros, un éxito de repercusión internacional en el que reconstruye las vidas de Trotsky y Ramon Mercader. Ha logrado el reconocimiento sobe todo por la serie de novelas policiacas protagonizadas por el detective Mario Conde: Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós, Hemingway y La neblina de Ayer. traducidas a numerosos idomas y merecedoras de premios como el Café Gijón 1.995, el Premio Hammett 1.997, 1998 y 2.005, el Premio de las Islas 2.000, en Francia y el Brigada 21. A ellas se suma la séptima novela de la serie, La cola de la serpiente, donde los lectores volveránn a respirar el aire familiar del circulo de amigos de Mario Conde, los tragos y las sobremesas desenfadadas para soportar la escasez, además de las mujeres y los peligros en los que se ve envuelto el detective cubano.
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