lunes, 14 de mayo de 2012

Nombre de torero de Luis Sepúlveda


Reseña personal.

De la feria del libro usado y de oportunidad. Nunca sabes donde puedes encontrar una joya.

Enmascarada detrás una novela negra que gira en torno al afan por recuperar un supuesto tesoro arqueológico robado por los nazis, encontramos la historia del desencanto de aquellos que entregaron, de una forma o de otra, no sólo su vida, sino todas sus esperánzas, por unos ideales que ahora nos parecen a todos perdidos.

Nos plantea una profunda reflexión acerca de la evolución de los ideales de los hombres, de como pasamos de defender ideales solidarios a, tras el desencanto frustrado por la inutilidad de esos ideales, defender otros de ambito mas individual, como en este caso el amor.

Reseña de la editorial.

Durante los años sombríos del nazismo, desaparecen un buen día de un rincón secreto de la preisión de Spandau unas valiosísismas monedas de ora. Casi cincuenta años después, caido el muro de Berlín, dos personajes oscuros pero poderosos, con un pasado político turbio, contratan cada uno por su lado a dos antinguos combatientes, Juan Belmonte, el que tiene el nombre de torero, y Frank Galinsky, los dos en paro laboral e ideológico, para que partan en busca del botín robado, que nadie se atreve en realidad a reclamar oficialmente. Belmonte acepta el encargo por a mor a Verónica, Galinsky, por un viejo hábito de obediencia militante cuyo ideal es ahora el de enriquecerse como todos los demás,. Al mismo tiempo, al otro lado del mundo, un viejo humilde y solitario recibe un misterioso mensaje.

Luis Sepúlveda.

Nació en Ovalle, Chile, en 1.949. Muy joven aún, decidió ser viajero como quien decide ser oficinista. De Tierra del Fuego a Oslo, de Barcelona a Quito, de la selva amazónica al desierto de los saharauis, de las celdas de Pinochet al barco de Greenpeace, recorrió todos los territorios posibles de la geografía y las utopías. Y, mientras viajaba, escribia. Publicó el primero de sus muchos libros, la mayoría inéditos, a los veinte años. En 1.992, a partir de su publicación en Frnacia de Un viejo que leía novelas de amor, se convirtió en uno de los libros más traducidos y leídos en el mundo.

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